Lentamente la noche,
arrastra la nostalgia.
Los recuerdos afloran.
Se presenta la magia.
La canción redentora,
que suavemente sana.
Coros de letanías.
Anuncian la llegada.
El sueño tibio espera.
Los sentidos alerta.
Mientras la madrugada.
Juega a seguir soñando.
Demora su presencia.
Se altera la conciencia.
Sabiendo que está cerca.
Las promesas se rompen.
El deseo se alimenta.
Y en la ciega vorágine.
Sin normas ni fronteras.
Se van forjando a fuego,
verdades y quimeras.
Las batallas en liza.
Peleas son internas.
Del recóndito anhelo,
de sin lucha ganarlas.
Sin dar nada vencerlas.
Las victorias son nuestras,
y las suyas no cuentan.
El tesoro está oculto.
Soportando la espera.
Las razones son muchas.
Pero todas ajenas.
En el limbo soñando,
se resuelve el dilema.
Los recuerdos son presos.
Eternamente medran.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
No hay comentarios:
Publicar un comentario