jueves, 9 de abril de 2020

METÁFORA SIN VERSO.

El viento se perfiló por tu ventana,
profanando de tu alcoba intimidad,
desnuda e inocente tu alma puritana,
sintió de esa caricia su virtualidad.

Y en las afueras de tu aposento,
mi deseo te ansiaba en la nada,
¡Oh quien fuera como el viento!
Que violenta tu ventana cerrada.

Mis ojos nada trascendían,
tus vitrales espesos, nevados,
mientras mis ansías caían,
cautivas de anhelos frustrados.

Y pedí al silencio me hablara de ti,
para ver si en su voz te podría oír,
más fue en vano no te vi ni te oí.
Ni sobre mi piel te pude sentir.

Y la noche sonriente miraba,
a través de la luna encendida,
la tristeza en mi faz que lloraba,
una lágrima fugaz no contenida.

Más tu ventana no se abrió,
acaso por el frío nocturnal
o porque tu alma presintió,
doblegar a mi deseo virtual.

Mi espera en tu ventanal,
se hizo metáfora sin verso,
inédita pero futilidad total,
cual desecho del universo.

Y en la negra oscurana,
la luciérnaga alumbraba
y me parecía tan cercana.

Como tu sellada ventana,
en la que mi alma divagaba,
y que tu intimidad me vedaba.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

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