A mi amiga Shara con todo mi cariño.
Guardar abrazos y besos,
que no se pudieron dar.
Conservar el sentimiento,
intacto en su intensidad
y abrazándonos por dentro,
querernos un poco más.
Salir del cuerpo sin pena,
y llevar el sentimiento,
entero en su integridad
a la cumbre que se pueda,
desarrollando el talento,
que cada cabeza lleva.
Aprender de la verdad,
que en el interior se alberga
y reconocer las grietas,
que deja la indiferencia.
Salvar del temor la esencia,
que habita en el corazón.
Volver de nuevo al origen,
donde vive la conciencia
y amar uniéndose a ella,
la verdad y la razón.
Templar los fríos inviernos,
que hielan el interior.
Que sean de aire los dolores
y las penas de algodón.
De brisa las alegrías
y de caricia el amor.
Que no se agrande la herida,
con el odio y el rencor.
Cruzar el mundo infinito,
libre en la imaginación
y desvelar los secretos,
más allá de la razón.
Vivir sin tiempo en la aurora,
donde va asomando el Sol.
Con las alas de la magia,
remontar los altos picos,
y en sus cumbres reposar.
Mirar sin temor por dentro,
y sin miedo a la verdad,
con los ojos bien abiertos.
En el interior los sueños
y las duras realidades.
En el centro los amores,
de quienes cruzan el cielo.
Beber de la realidad,
sin olvidar las lealtades.
Guardar abrazos y besos,
y alimentarlos por dentro,
para que afloren más grandes,
más hermosos y sinceros.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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