Vámonos en un mundo desconocido, veamos el
atardecer juntos en donde el crepúsculo sea cómplice de nuestro amorío, se mí
princesa aunque yo sea la bestia, porque muy en el fondo también siento amor,
siento cariño, siento las ganas de sentir tu presencia.
Viste espléndida, con vestido azul y
zapatillas plateadas que hagan juego con tus aretes y pulseras, el verte así
tan radiante me lleva a un cuento sin finales ni problemas, tan solo veámonos,
ven rápido mi bella, sé tú mi eterno día, mi eterna primavera.
Que sea la luz de la luna nuestra claridad
perfecta, que sea la cima de una montaña nuestro compartir con la naturaleza,
dando amor de sobra, y adornando de amor bosques y cataratas espléndidas.
El delirio me consume; el romance de mí se
apodera, no aguanto más un segundo sin ti, ¡Poor favor! sé, mi eterna
primavera; te esperare vestido de negro, como la noche espera el día, te esperare
tan ansioso mi alma, veámonos pronto;
necesito de tu compañía.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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