Caminamos juntos sin encontrarnos,
como nunca se encuentran luna y sol,
y cual árbol seco sin sombra que ofrendarnos,
fuimos sentenciados de la Gloria al Seol.
Y buscamos tan afanosamente unirnos,
más fueron paralelos nuestros caminos,
tan cerca, sin distancias y con anhelos.
Lejanos fuimos bajo los mismos cielos.
De nada sirvió, propósito, corazón y alma,
nuestros propósitos no alcanzaron el destino,
tú fuiste agua rápida yo remanso en calma,
fuiste lluvia que pasa. Yo: Sedentario camino.
Y andamos por la vida solos … Trashumantes,
como sumisa camina el agua hacia la mar,
sin rumbo, locación ni nada que llevar o
dejar,
recorremos la vida pero sin dejarnos de amar.
Fuimos dos ríos que corrimos tan cercanos,
pero nuestros cauces nunca se pudieron juntar,
siempre paralelos pero con deltas muy lejanos,
extrañas fueron nuestras aguas en un mismo
mar.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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