Tiernas manos las que a mí me tocan,
son como plumas suaves y livianas,
sensibles manos que me provocan,
y hacen mis tristezas tan lejanas.
Al roce de tu piel vivo atrapado,
una necesidad más allá de mi razón,
sin sentir tu tacto, vivo congelado,
inevitable vicio para mi corazón.
Caricias, han sido siempre esas caricias,
las que me cautivan y enceguecen,
despiertan en mí, ambiciones y codicias,
son pensamientos que me enloquecen.
Dependo de tu silueta, tu presencia,
tus sentimientos, toda tu esencia,
el paraíso a tu lado lo veo cercano,
“QUISIERA IR CONTIGO, PERO DE LA MANO”
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario