miércoles, 29 de abril de 2020

VOLVER A EMPEZAR.

Sobre ascuas encendidas he recorrido el sendero, dando pasitos muy lentos para escalar la montaña;
Fueron muchas las espinas y una que otra pesadumbre las que frenaron mi paso sin detener mi camino;
Tuve unos días muy grises y algunas noches muy claras, que formaron los cimientos para cumplir mi propósito;
Entre amigos y enemigos me tocó abrirme paso, mientras llegaba a la cima recibí más de un codazo.

Cuando miré para atrás me estaba esperando el diablo, al mirar hacia adelante me llamó un Ángel Divino …
Arriba de la montaña me encontré con unos cuantos, algunos me conocieron y todos a mí se abrazaron;
En medio de aquella euforia que ocasiona algunos logros, ignoré aquellas punzadas que adornaron mi faena …
Agradecer los demonios que me hicieron ver a Dios, agradecer por el golpe que me empujó hacia adelante.
                                                           
Cuando me encontré en la cima, sonriendo miré hacia abajo; nada me era conocido, ni personas ni lugares …
Fue entonces cuando vi al Ángel que su mano me extendía, me ofrecía su voluntad para atender mi destino …
Esta vez no lo seguí y me quedé en las alturas, gozándome de placeres y también desconociendo que existen los otros seres …
Terminados ya los goces me miré y estaba sola… y aquí estoy al pie de la loma para reiniciar la cuesta de la mano de mi Ángel.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

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