Desde la lluvia
me convierto en tierra mojada,
río de la sequía de tu boca,
oteo a lo lejos un arcoíris azulino
entre hojas amarillas asomándose tímido,
el corazón grana es un gorjeo
bajo la lluvia roja que lo alimenta
y me siento libre … libre y solitario.
Un trueno grita ruidosamente
denuncia un rayo escapado desde los cielos,
que cual espada encendida atraviesa la tierra
siento dolor profundo … el fuego ardiendo
Me has herido igual que el rayo
quedé sólo … inmensamente sólo …
huele mi cuerpo a abandono … a desierto
y desde la lluvia te digo adiós.
Revuelvo mi cabello para que caigan
los últimos restos de tus huellas digitales,
me desnudo bajo la lluvia y dejo que lave
las caricias marchitas y los besos pálidos
Grito como si fuera el mismo trueno
anunciando el rayo …
lloro … lloro … tan copiosamente como la
lluvia
desde ella maldigo esa mísera palabra
que jamás intuiste en mis ojos
ni supieron tus labios decir.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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