viernes, 8 de mayo de 2020

EL BESO QUE NO NOS DIMOS.


Tan apresurado paso el tiempo y a la vez tan lentos los segundos, cada movimiento de las agujas del reloj iban acorde con mis pulsaciones, tanto, que mi respiración se agitaba junto con un corazón sollozo, como manadas de caballos galopando.
                         
Fue tan severo y explícito aquel momento; como el marchar para no volver, como un adiós sin vuelta atrás, como tan solo un insignificante balbuseo a la hora de mirarnos fijamente, sin mencionar absolutamente nada.

Se sintió fríamente el instante, la ley del hielo se pudiese así apreciar, con las ganas inmensas de romper ese drama, con aquel beso que no nos pudimos dar; y sin mencionar que tu también lo quisiste, puesto a que en tu cara, se mostraban tus labios rojizos frente a los míos se deseaban tanto y más.

Cabizbajo di media vuelta, tú también por otro lado quisiste andar, no aguantaba el gozo retumbar, que tu, bella dama me hiciste sentir en esos segundos de libertad, al voltear para romper el silencio con besos, justo con alguien te ví, y me tube así que marchar.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario