miércoles, 13 de mayo de 2020

ÉRASE UNA FLOR DESHOJADA.


El pétalo de una flor fue llevado por el viento
al centro de la ilusión donde están las esperanzas,
y a las islas del amor donde abunda el sufrimiento
pues el miedo y el rencor naufragan haciendo alianzas.

¿Qué destino lleva el aire, hacia dónde se dirige?
El pétalo no lo sabe y nunca podrá saberlo,
pues ha caído en el suelo donde el olvido se erige
como ese gran vencedor que nadie ha podido verlo.

Fue parte de aquella flor, de todas la más lozana
hermosa como obsidiana, orgullo de invernadero,
pero un día un jardinero creyendo que era serrana
la arrancó en una mañana y la sacó del vivero.

Pues se juntó la ignorancia con la absurda estupidez
porque nuca supo ver la belleza de la flor,
era negro su color con delicada altivez
como una viuda mujer que vive llena de amor.

Sin piedad la deshojó y sus pétalos marchitos
han tomado el colorido que gustaba al jardinero,
y hoy con llanto lastimero quiso juntar sus trocitos
pero un pétalo faltó, lo llevó el viento ligero.

Nadie sabe lo que tiene y cuando lo ve perdido
si quiere recuperarlo... ¡Tal vez reciba su olvido!

...

Quien espera la última ola para entrar al mar, sin duda que jamás se ha de mojar.
La ola que se aleja, ni como espuma regresa.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

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