A puño y letra te lo escribo,
como en los viejos tiempos te lo solía
escribir,
Yo a veces duermo para soñar contigo,
despierto a veces, para pensar en ti.
A puño y letra como entonces,
cuando los versos eran en el papel mi voz,
cuando se incendiaban mis palabras en tus
ojos,
cuando el silencio hablaba,
y cuando el viento gritaba tu nombre.
ni "la noche estrellada" de Neruda,
ni "los versos sublimes" del
Capitán,
trozos de diamante lírico inmortales,
sabrían conquistar la cima de tu montaña,
ni la majestuosa inmensidad de tu mirada,
como la pequeña hoja humilde de papel en mi
mano,
tan simple y elocuente, como para llegar a ti.
Para aliviar siquiera, mi Corazón desesperado,
en la noche de mi desvelo.
En el nocturno vuelo de mi imaginación.
No hay más sobriedad para el cuerpo que el
sosiego,
ni más saciedad para el alma,
que las breves líneas que en esta hora te
escribo,
como en los viejos tiempos, te lo solía
escribir.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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