martes, 9 de junio de 2020

ALIENTOS COMO LATIDOS.


Oscuro valle de sombras,
verde jardín de colores,
amor que sangra entre rejas,
entre perdidos olores.

Hedor que el viento se lleva,
brisa que el aroma trae,
dolor que al fin se equivoca,
dañando a quien menos sabe.

Entre palabras se esconden,
las verdades que atormentan,
susurros que entre los labios,
llevan prendida la afrenta.
Amor que llega y se queda,
en el vergel que le acepta,
rencor que al débil encierra,
en las garras del agravio.

Tormenta de sensaciones,
que los sentidos alertan,
volcando sobre la sangre,
la pasión que las libera.
Temor de verter la vida,
sobre un vacío que la pierda.
Amor que lento navega,
hacia otro amor que le espera.

Oscuro temblor que vive,
esperando en las trincheras,
con la razón en la daga,
del peligro que la acecha.
Luz que rompiendo las garras,
de las tenebrosas verjas,
va desvelando los miedos,
que en los corazones medran.

Donde se quedó la idea,
que abrazaba la conciencia,
donde la viva presencia,
de las manos generosas,
donde la franca mirada,
que sanaba entre las cejas,
donde esas templadas voces,
de puro claras, sinceras.

Verde latir de los ecos,
de la vida que se altera,
con la verdad transitando,
sin pendones ni banderas,
ecos que traen los amores,
que se quedaron afuera,
de recargados portones,
que ocultaban su presencia.

Enérgico latir de alientos,
que la oscuridad desvelan,
para que afloren las luces,
presas en la duermevela.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri

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