En tu sueño me esperabas,
yo te añoraba en mi desvelo
y entre extasío de oscuro cielo,
te desee como tú me deseabas.
Mi cuerpo divagó en tu cuerpo
y así tu piel extasió en mi piel,
tu cabello dorado casi crespo,
fulgía extendido cual oro fiel.
La noche se entró en alma,
y tu intimidad en mi pensar,
pero el viento enfrió la cama,
como enfría el alba el despertar.
Mi desvelo fue embeleso,
beatificado en tu soñar
y la noche lerda al pasar,
me ofrendó por ti un beso.
Desvelé soñándote despierto
y tú deseándome dormida,
pero lo verdadero y cierto.
Nuestra noche fue florida.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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