Tengo que reconocerlo, soy un enamorado de la
vida,
el amor
que tú me das, es un amor distinto a los
demás,
es un amor sincero y claro, nada triste, es la
lenta letanía del mar con las olas,
es los amaneceres claros , es ver a mi gato
como me despierta.
Es el amor que sienten los enfermos que se
agarran a la vida,
es el amor del que sabe que todo es perecedero
y único,
es el amor del que ve siempre bella a su
pareja,
es la complicidad eterna entre el individuo y
el universo.
El amor que tú me diste, vida,
es apreciar lo diferente, lo irregular,
valorar el éxito, el fracaso,
lo profano, lo religioso, la nada, la
profundidad, la inteligencia,
lo infinito, lo pequeño todo es digno de
admirar y cotejar.
El amor a la vida es, ser fiel a su propia
existencia,
apreciar todo lo bueno que hay en ella, que
hay mucha maravilla,
y respetar y no dar importancia a los
vaivenes, a la fútil venganza,
y sobre todo ser feliz por observarla,
sentirla y amarla.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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