sábado, 20 de junio de 2020

LA CITA.


Despojados de las caretas y corazas,
Con las que acostumbramos vestirnos
Para el diario vivir;
Nos encontramos,
Como metódico ritual en nuestras vidas,
Como  fórmula alquímica
Del arte de vivir.

Intercambiamos fragmentos luminosos
De tu ayer y mi ayer
Y en tetera cantarina los escalfamos
Como escalfan los chinos el té.
Los bebimos sorbo a sorbo,
Decantando los recuerdos, degustando
Sus nostalgias umbrías y su mágica luz.

Las horas nos trataban con respeto,
Como si a dioses contemplaran,
Y en un acto reflejo, inesperado,
Sincronizando tus sentidos y mi sentir,
Nos quitamos los años de los hombros
Y por un breve instante
Nos sonrió juventud.

Bregamos por la mar de los recuerdos,
Apartando los deformes de los bellos;
Confeccionando, entre risas y suspiros,
Historias de café,
Donde tu vida y la mía, entrelazadas,
Iban tejiendo la urdimbre de una historia
Ajena a los demás.

Sentados, mirando al horizonte,
Descubrimos que el tiempo no es quién pasa
Y que muere quien no aprende a vivir.
Con la voz delesero,
El presente volvió.
Y se tragó la luz de los recuerdos
Con la barca y la mar.

Mientras el hoy me pinta lo despinto;
Mientras me quita y le quito y nos quitamos;
Abro mi agenda para anotar en ella
Nuestra próxima cita.
En tanto llega, mientras te vas,
Los fragmentos luminosos que me diste,
Me bastan para vivir.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

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