Hay palabras que sellan
y las hay que enmudecen,
hay palabras que quiebran,
como funde la nieve.
Sentenciosas palabras,
que condenan a muerte,
palabras como dagas,
que desmembran y hieren.
El silencio se oye,
cuando nutre la calma,
la auténtica palabra.
Un grito sobrecoge,
que sin palabras habla.
Una voz que arrebata,
succionando las ganas.
El clamor del murmullo,
casi en silencio, brama.
Palabras entre notas,
de una canción versada,
notas entre palabras,
para aclarar quien ama.
Entre sílabas cuelgan,
lúcidas voces sabias.
Sonoras carcajadas,
entre frases sin alma.
Hay palabras que acuden,
como cabos que salvan,
otras perdidas sufren,
en el vacío olvidadas.
Palabras entre dientes,
que el sonido socavan,
estridentes y vacuas,
que chirrían y desgastan.
Voces que se atropellan,
como coches de choque,
conducidas por locos,
sin destinos ni reglas.
Un verso en la palabra,
que conmueve y acalla,
Una asonante rima,
que rima con el alma.
Hay palabras que incendian,
corazones templados,
unas sanan alientos,
otras justicia claman.
Algunas quitan vidas,
otras del suelo alzan.
Con las manos atadas,
no hay palabras que valgan.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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