Aunque me cueste la vida,
te sigo buscando mi amor,
aunque te vayas al fin del mundo,
cruzaré cielo, mar y tierra
para llegar a tu presencia.
Días sombríos me esperan,
en esta inmensa soledad triste,
aspirando solo la fragancia subliminal,
de tu camisón aterciopelado, que me acompaña
siempre.
Aunque pierda la vida en el intento,
haré todos los posibles esfuerzos,
para reconquistarte amada mía.
Tormentos hoy afligen mi alma,
abrumado por tu larga ausencia,
aun vibran mis sentimientos,
que escarapelan las fibras de mi piel
y que llevo impregnado con amor.
Aunque no estés conmigo ahora,
mis pensamientos te recordarán,
no se puede olvidar algo especial,
momentos inolvidables de infinitas pasiones y frenesí.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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