Ir, venir y seguir andando,
cuál será el fin, de la risa, el llanto,
de la honda tristeza, de la alegría,
del amor y la pena, del cada día.
De la vida y la muerte, la enfermedad,
y de todas las suertes; de la maldad,
de la fiera codicia, la vanidad,
de la gran injusticia, la humanidad.
De los ricos y pobres, la inmensa hambruna,
del que puedas o estorbes, del sol, la luna.
Del estar las estrellas, del firmamento,
de las mil cosas bellas o del tormento.
Del poder de los hombres, de la avaricia,
de milagros enormes, de la justicia.
De los niños brillantes, del buen pasar,
de los tantos mutantes, del figurar.
De las voces que emiten la hipocresía,
del que manda, el que acata, de la ironía.
De millones de cosas que no enumero,
y de todas las otras que en sí, no quiero.
Del creador de este mundo, de Dios o el diablo,
de los campos fecundos, del escenario
que plantea la vida a cada instante,
de la noche y el día, de los farsantes.
Del temor de la gente, de la ignorancia
que a muchos les conviene pues son palabras
que van a la deriva buscando el rumbo,
con el miedo y la asfixia, viéndose nulos.
Cuál es el fin de todo, hoy me pregunto.
Las respuestas no logro... sigo en mi mundo!
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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