La forma de tu boca me conmueve y tu voz,
Maravillosa voz; ha sabido derretir las rocas
Circundantes que encerraban a mi voluntad,
Para regalarme, eso que se llama … ¡Libertad!
Y salgo disparado de mi cuerpo, por ver si tu
Mirada sagaz y penetrante, en los ojos de otra
Gente encuentro, pero no la hay, porque solo
Tú tienes ese brillo hechicero en los ojos.
Fruto prohibido hay en la dulzura de tu boca,
Que me invitan a soñar con agarrarte a besos
Hasta quitarte la respiración, para que de mi
Te enamores, como yo de ti me he enamorado.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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