viernes, 28 de agosto de 2020

NUESTRA HISTORIA.

El dolor la golpeó de tal manera

que pensó en rendirse de una vez,

se dejó llevar por tanta pena,

no pudo más con su tormento,

y cargada de impotencia …             

abandonó su sensatez.

Cogió el camino del olvido,

y avanzó con su cansancio,

arrastrando su pesada decepción.

Fue a buscar algún consuelo,

y no encontró más que amargura.

Se sintió desubicada …

como barco a la deriva,

y tomó un rumbo incierto …

que le trajo hasta mi orilla.

La encontré sobre mi playa …

agotada del siniestro …

del que tuvo que escapar.

Me di cuenta que la hirieron,

tan profundo y tan punzante,

que asolaron su ilusión.

Me miró con desconfianza,

y se encerró en su desengaño,

solo quiso descansar.

La tristeza inundó sus emociones,

la privó de su sonrisa,

se cerró en su despecho,

la dejé en su aislamiento

y espere por largo tiempo,

que se cure las heridas,

y que sane su abatido corazón.

Fueron meses de total alejamiento,

enmarcados de distancia,

agolpados de silencio.

De ansiedad acumulada,

de aprensión e infortunio.

Se calló todo el espacio,

y apeló a la soledad.

 

Un buen día, muy temprano,

vi abrirse sus ventanas …

y pudo entrar de nuevo el sol.

Iluminó su bello rostro …

y encendió mi corazón.

Me miró muy dulcemente …

y volvió a sonreír.

Así comienza nuestra historia …

Ahí inicia nuestro amor.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

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