martes, 4 de agosto de 2020

EL SABIO Y EL INFELIZ

Sueña, quien crece soñando

y quien mengua, ya no sueña.

Sueña, quien vive sintiendo,

en una suave cadencia.

Vive soñando que es dueño,

quien a riquezas aspira

y soñando se mitiga,

la soga que va ciñendo.

 

Soñar que flotando vives,

sobre la cruda miseria

y soñando sobrevives,

a los golpes que te asestan.

Sueña el rico en ser más rico

y sueña quien nada tiene,

en salir de la indigencia.

Soñando, la vida enseña.

 

Vive soñando el iluso,

con aumentar su belleza

y entre afeites se entretiene,

en una imposible empresa.

Sueña el necio en ser más sabio

y en la ignorancia se queda.

El sabio pensando sueña,

que el saber al fin se enseña.

 

Sueña quien tiene esperanza,

de alcanzar sus viejas metas.

Así, soñando y soñando,

entre los sueños se queda.

Sueña libre quien soñando,

en el soñar se la juega.

Soñar, tributos no cuesta,

si la realidad es ajena.

 

Entre sueño y sueño sabe,

el tiempo en su devenir,

que no importa el porvenir,

sino lo que ocurre ahora.

Soñar es un souvenir,

que se quedará en otrora.

Sueña quien puede soñar,

entre la luz y la sombra.

 

Caminos que recorrí,

entre la noche y la aurora

y soñando desperté,

como despierta la luz,

en la sombra que la asombra.

Soñando limpio el jardín,

de la broza que le estorba.

El sabio y el infeliz,

sueñan en la misma alcoba.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

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