Los amantes
se desnudan en las noches,
... en las tardes
y también de madrugada;
se desnudan en los bosques
más oscuros
al igual que en el rincón
más imprudente.
Los amantes
se desnudan en las playas,
en las arenas del desierto
(y... acaso en el convento)
Los amantes
se desnudan en su cuarto,
si hace frío
o si arde un cruel verano;
se desnudan bajo la luz
de las estrellas,
se desnudan con las caricias
de la luna
o con el rayo avizor
del mediodía.
Los amantes
se desnudan
simplemente... ¡con mirarse!
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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