Después de subir desde un valle
hacia la colina que esconde tu mirada
luego de atravesar desiertos
y llegar al río que baja
por tu espalda.
Luego de amaneceres conversos
del nacimiento después de una muerte
alimentado con música y paisajes
le sonríes a la guerra
y la vences.
Porque pagas con cada respirar
el tren imparable de la despedida
previo a esta espera a tu lado
en la estación de primaveras
y sonrisas.
Instantes llamados con tu nombre
escritos con peligros y olvidos
instantes ahogados y contentos
con la lluvia que guarda
la ramita de olivo.
Y si el camino me aleja de tus lares
tus versos se colarán como la luz
entre las hojas de un sauce
para invitarme a vivir
para volar como las aves.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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