Invítame a jugar
sin palabra de seguridad,
mujer envuelta en sumisión
hazme tuya sin compasión.
Contra la pared arráncame las prendas
coloca la mordaza, déjame sentir tu estaca,
ataduras elegantes pasando por mis tetas
amarres esposa en tobillos y muñecas.
Tómame del cuello, soy tu presa,
dolor placentero sobre mi areola
que eriza la piel y eleva las hormonas
deja caer sobre mi piel la cera de la vela.
Tras cachetada, mordisco y pellizco
se me escapa un gemido placentero
y corre entre mis piernas mi fluido blanquizco
que pone duro tu miembro entero.
El látigo mojado en mis pechos quiero,
tus manos dándome nalgadas,
deja tus marcas sobre mi cuero
quiero ser sodomizada.
Entre estas cuatro paredes a luz roja
flagela mis partes más erógenas,
soy tu perra coloca la correa
oblígame a lamer aquello que te chorrea.
Coloca la barra, sírvete a placer
penétrame, usa saliva o lubricante
esta noche vistió de sumisa tu mujer,
cógeme duro hasta hacernos correr.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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