miércoles, 23 de septiembre de 2020

COMO UN CICLÓN O UNA BRISA.

En el corazón del sueño,

habitan los sentimientos,

dormidos junto a los órganos,

que ralentizan sus hechos.

Negras pesadillas vuelven,

prendidas en los deseos,

reflejos de viejas cuitas,

de deseos insatisfechos.

 

Se van quedando vacíos,

como en el ánfora el eco,

hueca y vacía la vida,

que solo mima el objeto.

Sin esencia la codicia,

vena sin sangre, sin celo.

Amor sin pasión vacío,

como un vacío recoveco.

 

En la mente el corazón

y en el corazón cerebro,

en las venas sangre ardiente,

que de pasión y que impele,

el valor que vive dentro.

Valor para ser feliz,

con la sencillez de un verso,

amor sencillo y auténtico.

 

Va llenándose de sueños,

de fantasía irrefrenable,

va caminando al socaire,

de los agitados tiempos.

Cada paso, firme huella,

grabada contra los tiempos

y una mochila repleta,

de amores y sentimientos.

 

En el corazón del tiempo,

la voz pausada que hable,

con la sencillez de un cuento,

amablemente sonora,

como un cantarín riachuelo.

Sonidos que se deslicen,

como acariciando el tiempo,

como suspira el aliento.

 

Entre brumas se quedaron,

aquellos vívidos besos,

flotando entre las neblinas,

de transparentes recuerdos,

broches de plata adornados

con filigranas de sueños.

El verso a la vida asoma,

para vivir en lo eterno.

 

Verso que anudas la vida,

con tu amor por lo secreto

o desnudas con tu brisa,

de sus deseos los cuerpos.

Verso que besas y abrazas,

con tu rima los conceptos

y vas dejando entre estrofas,

fantasías y sentimientos.

 

Verso que al mundo te asomas,

para esclarecer los hechos

y vas dejando la esencia,

de pasiones y de retos.

En el corazón del verso,

palpitan los pensamientos.

Como un ciclón o una brisa,

tu impronta dejas sin miedo.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

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