Le espero en el ocaso de los tiempos
En el ir del viento por entre el desierto
Le espero siempre entre mis abismos
En la oscuridad de aquellos recuerdos.
Le busco en la eternidad de sus besos
Entre mis manos hacedoras de caricias
Le busco en la profundidad de mi alma
Entre cada latido de mi triste corazón.
Le deseo tanto en mis madrugadas
En el despertar inquieto de mi cuerpo
Le deseo en el borde de sus labios
En la impaciencia de nuestras locuras.
La encontraré en el amanecer de siempre
En la lluvia que me moja tiernamente
Entre las estrellas que evocan su mirada
La encontraré allá en sus sueños tan míos.
Entonces volveremos a ser nosotros
Sin importarnos tiempo ni espacio
Seremos luz infinita y perpetua
En el más bello poema de amor…
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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