Mírame con amor eterno,
mírame sin temor ni miedo,
y golpea con tu mirar mi rostro,
como golpea el mar las rocas,
y como golpea la brisa al pájaro en vuelo,
este amor que de mí brota
y hace mi corazón fuerte como la roca.
Mírame te digo vida mía,
que mi corazón gime y suspira,
y entre sombras dormido se cobija
buscando no la pena ni el olvido,
sino tu amor, tu presencia, la esperanza,
de algún día unir tu corazón y el mío.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario