He muerto en vida, mataron mis dotes de joven tímido, de adolescente soñador y llegue de la nada siendo tan solo un poema de vida, escalaron en mi fuertes sentimientos escondidos, curiosidades clandestinas que hoy son mostradas para jamás ocultarlas.
Me vieron tan frágil, tan débil y tan tonto,
vieron en mi intranquilidad e incluso deseos, pero aún así me dejaron en el
abandono, dejaron bajo tierra pasiones, enterraron un alma que solo gritaba
poesía, se olvidaron por completo del hombre que ahora renace expresando poemas
en vida.
Ahora veo más allá de la nada, veo brillo, veo
una luz que aún está encendida, aún quedan esos amantes apasionados, esos seres
que se llenan el alma expresando y leyendo poesía, a todos ellos gracias y mis
respetos, porque pasarán los tiempos pero los poemas quedarán para toda la vida.
La inspiración brota por doquier, tengo musa,
tengo vida, tengo un corazón que me grita continúa, tengo mis sentimientos
echando chispas, tengo mi mente intranquila y el alma en llamas renaciendo en la
poesía.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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