domingo, 18 de octubre de 2020

MI DUEÑO.

Mi Señor, mi dueño aún conservas el regocijo que dispara tu sonoro acento,

me temo que yo pierdo cada día la esperanza, se desparrama por mi cuerpo haciendo

y deshaciendo recuerdos, soy el recuento de noches y días, la añoranza me pesa, me encoge,

me hago un ovillo y vuelvo a soñar despierta, mustia en un itinerario redundante y cotidiano.

Si me vieras tal vez, si podrías sentir la libertad que me despoja y me deja rala, verborrágica y sola,

susurrarías en mi pecho todo ese amor que sembró primaveras y dejó solo el marco del bosquejo,

el que me marca cuando despierto ,el que no veo más que lo que mi memoria de gitana encendida.

 

Mi bella gitana y tus sueños y tus desvaríos.

Quisiera envolverte entre brazos y desnuda,

calentar tu piel rozagante, que florezcan manos

dedos y aún en tu mustioso itinerario,

siga temblando tu cuerpo, lleno de emoción

como si fuera la puesta diaria del sol,

caliente y abrazador.

Quisiera que el susurro en tus pechos

deje de ser poesía y se conviertan en pasión,

así tu libertad descubrirá el regocijo del corazón,

aflorando en tu memoria la fuerza de amar,

y al dolor, lo convierta en vigoroso placer

hundiendo tus uñas en mi desangrada piel,

conservando el fuego de gitana,

pero tu libertad siempre será

la musa que te inspire amar.

 

Más de amor ya no soy, y gitano puedo.

ni mis sueños son ya sueños,

mas yo realidades quiero,

sólo orgias de sexo puedo,

grupos de libertades, pasiones miedos

no seré ya de una, ni de otro,

solo al sexo me debo

lo bebo, amamanto ,me excedo

soy amante, en su ambiente me muevo

amor en grupos, sexo en pleno,

lo demás es poco, nada me llena

gitano soy, al sexo me debo

 

Como gitana te digo que quién regresa,

cae en la plenitud de la naturaleza preso,

en ese bosque desierto dos figuras se besan

hasta llegar a los labios y volver a la selva,

A esta rebelde gitana dueña de su dueño,

enamorada está ya lo creo, no con complejo sexo,

sino a su hombre adeuda: todas sus polleras,

su escote casi suelto dejando ver las colinas

sólo a él en su lecho, lleno de vegetales, ramas

y desconcierto, con un amor se queda y lo grita,

sabe su nombre al fin, llueve flores en su pelo,

así se entrega a el placer, con pasión y cielo abierto.

 

Esta envidia de saber,

que tu dueño será quién?

Dueño de tus pasiones virtuosas,

gitana fuerte rebelde y llena de sensualidad.

Todo su poema siendo su vida misma,

dueña de su dueño,

..qué mérito tuvo él,

si su poesía enamora,

sabiendo que disfrutar

un sueño de amor libre,

solos, en una lluvia de primavera?

Dueña de cuanta pollera diaria

caería por amor.

Será entonces, los poemas al viento

que no dejarán de ser,

del presente y sus conciertos?

 

Mi dueño conoce la mùsica, saltea sus pausas,

en el devenir de su remolino, ella sumerge los estrechos, y èl me llama amor y yo le digo vida!

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri

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