lunes, 14 de diciembre de 2020

AMOR QUE VIVE Y OCUPA.

Cantinela que se extiende,

como el mar muerde la arena,

sintonía que se expande,

como un torrente que anega,

tenaz sonido en el aire,

que a todos los oídos llega,

letanías que se iteran,

insistentemente eternas.

 

Canción de cuna que envuelve,

en la niñez pasajera,

y va modulando el ritmo,

acoplándose a la senda.

Voces que roncas se tornan,

cuando crece la marea,

y el rugir de las gargantas,

presagian canciones nuevas.

 

Historias que se perdieron,

en el mar de las ideas,

cementerio de añoranzas,

que quedaron tras las puertas.

Las notas atrás quedaron,

salidas de viejas cuerdas,

y voces que se enquistaron,

como el polvo en la trastienda,

 

Amor que vive y ocupa,

que se dilata y que medra,

eclipsando las nostalgias,

con su pertinaz presencia,

amor de múltiples notas,

desgranando sus quimeras,

con las voces de mil bocas,

que sin fin se manifiestan.

 

Volver al origen mismo,

donde la verdad se gesta,

preñado de sensaciones,

sentidas en el abismo,

donde viven las leyendas,

volver al centro del tiempo,

donde el vacío es materia,

y ver la auténtica esencia.

 

La vida cambió su rumbo,

para moldear su existencia,

henchidas de aire las velas,

fuerza el timón sus maneras,

y el viento gira y se estira,

para abrazar lo que encuentra,

agua de infinitas formas,

de las orillas que besas.

 

El tiempo cruzó la puerta,

para buscar su quimera,

y el amor abrió los brazos,

como el mar ama la tierra.

Se extiende el verso sin voz,

para que cante cualquiera.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri

No hay comentarios:

Publicar un comentario