viernes, 2 de julio de 2021

DE RUMBOS DE VENDAVAL.

Dice el ser irresponsable,

que con él no va la cosa,

y va haciendo caso omiso,

a lo que otros les toca,

así, se escribe la historia,

de bellacos y bandidos,

de necios y de pasotas.

 

En el centro está el origen,

en los flecos, lo que sobra,

y en los bordes de la vida,

remansos que no se olvidan,

el núcleo concentra el caos,

la esencia de lo que vibra,

y donde cuecen los sueños,

hierve al fuego la marmita.

 

No piensa quien lanza el grito,

no se frena la embestida,

cuando la inercia es tan grande,

que se rompen las cadenas,

ni el ímpetu de quien ama,

dando al mundo sin medida,

migajas son las diatribas,

que sin tregua se vomitan.

 

Tormentas en el jardín,

de los sueños olvidados,

destellos son de deseos,

en truenos insatisfechos,

que en el ardor y en el fuego,

ya se fueron consumiendo,

torbellinos de pasiones,

en furtivos remolinos,

en nutridos aguaceros.

 

Cambió el rumbo la gaviota,

viró el timón el velero,

y se fueron deshaciendo,

difuminados recuerdos,

la vista al frente se pierde,

en el confín de los tiempos,

y solo quedan esquirlas,

de los derrotados cuerpos.

 

Dice el ser irresponsable,

que no conoce los hechos,

y con sorna va al socaire,

de quien pide sus derechos,

fatídico ser que embarra,

lo más limpio, lo más neto,

despreciando lo de otros,

no importa lo que es ajeno.

 

Timonel que pierde el norte,

que se escora y se deriva,

al capricho de las olas,

al albur de las corrientes,

al vaivén de los embates,

a las modas y a los mitos,

al color que le conviene,

a las maneras que priman.

 

Así, se escribe la historia,

de lúcidas y sabias mentes,

y de canallas que embisten,

llevándose por delante,

lo que no les favorece.

De amores de carnaval,

o de auténticos amores,

de rumbos de vendaval.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

No hay comentarios:

Publicar un comentario