viernes, 21 de enero de 2022

EL EROTISMO.

El erotismo lo pintó muy bien Gustav Klimt vestidas todas las mujeres con trajes largos y coloridos en cuadritos. Yo de él no sé más nada aparte este apartado por llevar allí en sus telas como yo en mi escrituras estas ninfas tan doradas y delgadas. No pasó inadvertida su pintura ni por nada. Era un ícono en su época pero su vida era por esencia reservada. Muy intimista en su vida privada. Por su puesto que sus pinturas se cotizan hoy a cifras muy pero muy elevadas.

 

A mí me habría gustado tener condiciones para pintar o a lo mejor las tenía ocultas sin darles yo una esperanza.

 

Así que me volqué en la poesía de todo tipo pero a mí en lo personal los poemas eróticos me encantan. Todo un desafío a la captura de la poesía tras las palabras. Las palabras son como hebras y la poesía una entramada.

 

Los poemas eróticos de tanto mirándolos de lejos me di cuenta que su poco engañaban. Porque el mundo no es así aunque la líbido tenga un lugar primordial en la jornada.

 

Hoy he vuelto a escribirlos con más años en mi espalda y en mi mente más sentencias ya sentidas y pensadas.

 

Son prejuiciosos lo admito son para gente no afaunada, rigurosa y educada.

 

Pero yo me he metido en este tema de escribir de sexo con esta forma figurada.

 

Creo que he mejorado mucho debido exclusivamente a que he hallado una musa realmente realizada.

 

Si les contara no me creerían la encontré en las redes estelares de la vida cotidiana..

 

Fue un laberinto que me llevo a su morada y a su figura hermosa y delicadamente Rubensiana.

 

Klimt tenía lo suyo su pincel y sus pinturas de mujeres desbordadas y yo tengo lo mío un papel la palabra y una diva recientemente descubierta por mi barco que surcaba a la deriva con mi anatomía algo oxidada.

 

Dos artes que van unidos al simbolismo que existe entre el fuego y el origen de las llamas.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

No hay comentarios:

Publicar un comentario