lunes, 11 de septiembre de 2023

SUEÑOS CON PESADILLAS.

Anoche soñé con una mujer en enaguas transparentes, casi desnuda y de mirada misteriosa

Venía con su armadura de pasiones, del elixir agradable asombrosa

Se me nubló la vista de ver aquella hermosura, de su bello triángulo, de su selva majestuosa

Expedía un olor a fragancias de su jardín, del pétalo de la rosa maravillosa

De pronto se me vino encima con ademanes de bailes, como mariposa ardiente y vigorosa

Se agachó lentamente, colocándome la abertura de su bella selva en mi mudo rostro de ansias temblorosas

Se me oscureció la vista y todo eran sombras, que caminaban en las oscuridades borrosas

Sentía su meneo en círculos, asfixiando mi respiración, dejando un olor a almizcle, de fragancias misteriosas

Se quedó quieta colocándome lentamente los labios de su enorme vagina sobre los míos, besándola con suavidad armoniosa

Todo era arrebato y frenesí, de fuego ardiente de llamaradas en forma agitada y presurosa

Y empezó el jala, del meneo del paraíso de la vida, en forma apresurada y armoniosa

Y nos dieron las dos y las tres y las cuatro y nos despertó el gallo de la vecina con su cántico de alaridos estrepitosa

Al despertar, todo era un sueño de pesadillas húmedas y de sudores que escurrían engañosas

Me levanté furioso y tiré de la cortina y allí en la ventana contigua estaba desnuda y acalorada la hermosa vecina fervorosa y esplendorosa

 Me hizo señas que la acompañará a contemplar la madrugada de cobijas cariñosa

Ya me sentía cansado y fatigado y sin embargo atravesé el zaguán con aires de dicha apetitosa

Y allí me esperaba con una bella sonrisa de pasiones ardientes, de eretismo y deseo apasionado, de noches de lunas dichosas

Y una taza de café burbujeante calentó los cuerpos de la fría madrugada, presagiando ímpetu, seducción y delirios de arrebatos lujuriosas

La ventisca huracanada cerró la puerta y desnudos con abrazos y con besos de esos que queman los labios, con emociones dolorosas

Madrugada de amanecida de ardiente pasión, de ardor y exaltación, de veneración y idolatría, de ternura y cariño, de seducción, sin confesión pecaminosa

Y nos agarró el medio día y la tarde de arreboles anaranjados con esplendores fabulosas

Me quería largar, pero su pasión me doblegó con su desnudez majestuosa

Los relámpagos en el horizonte presagiaban tormentas angustiosas y tenebrosas

Pero la vecina bella, me arropó con su cuerpo y al compás de una melodía, bailamos en una sola baldosa

Todo era amor, emoción y pasión, predilección y querer de sudores pegajosas

Y allí en un sillón de la sala, se quedó dormida la preciosa vecina, como una hermosa y preciosa diosa

La cubrí con una manta y la llevé dormida a la cama en forma suave y sigilosa

Atravesé el zaguán y la noche azotaba con aires huracanados lluviosa

Sueños con pesadillas de amores, de ilusiones, de realidades, de pólvoras y derrotas, de escapadas furtivas victoriosas.

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri. 

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