lunes, 4 de marzo de 2024

UNA HOJA EN BLANCO.

Una hoja en blanco me espía, repaso sus márgenes,

en la travesía, un viaje largo hacia la hipocondría,

intento llenarlas a la luz del día, un par de palabras,

en una agonía, no creo que crucen siquiera una vía.

El tren las conduce por la misma estrofa van y vuelven

sin quien las convoca, yo no puedo sola, sola en mi pobre vida.

 

Una hoja en blanco tan callada

espera la llene de mis secretos

confesos en una noche perlada

que hablan de amoríos discretos.

 

La pluma le derrama su tinta

en un tono de amor estridente

con su color rojo que repinta

el sentir de un alma impaciente.

 

Las letras irrumpen su superficie

dibujan las mil caras del deseo

transcriben sobre alguna planicie

los anhelos dormidos con Morfeo.

 

Imágenes que saltan coquetas

advierten ansias que traicionan

traducen el lenguaje de los poetas

frente a poemas que se fusionan.

 

Métrica y rima que se vomitan

escupen verdades tan atrevidas

tras horas que al desahogo invitan

para plasmar trazos de dos vidas.

 

La hoja de blanco inmaculado

espera con letra sus palabras,

que digan al papel lo que sea

descrito con sabia de talento.

 

Una hoja en blanco se quedó ante mí

para que la llenara de versos, de letras y frases,

como queriendo con su blancura que te dijera de todo mi sentir,

si soy feliz en el día cuando amanece y el sol entra por mi ventana,

queriendo saludarme también, como un familiar más de la casa.

Una hoja en blanco que puedo escribir

con todo lo que pasa por mi mente,

después de ver la televisión,

quiere que le hable como hacer la paz, y porque digo no a las guerras,

O también del problema de la pobreza,

porque vivimos en un mundo

donde en algunos países hay miseria y desigualdad,

mientras en otros existe la abundancia y la prosperidad.

Una hoja en blanco que quisiera llenar,

en menos de una hora,

solo con el recuerdo de tu belleza de mujer,

con tus gestos y tus palabras tiernas,

cuando vemos la tarde caer

y cuando te beso con pasión cuando nos llama el amor,

hasta darme cuenta que al rato, ya la hoja no está vacía,

la llene con los versos que me inspiras tú,

con todos esos sentimientos que despiertas en mí,

que no son más que la alegría y los deseos de vivir felices,

como dos enamorados de la vida

que además quieren el bien para los demás.

 

Ojalá que la hoja se llene de flores

Que las tormentas pasen, el sol haga callar los truenos y el silencio hable

Que el dolor se aleje de todos los que sufren

Y el verde de mis sueños, sea un poco de paz

 

Hoja en blanco que ha borrado

escenas tristes de un amor

Un amor que sobrepasa todo

que sobrevive en el desamor

Hoja en blanco que ha borrado

la hipocondría, los secretos confesos,

las verdades atrevidas, la miseria y la desigualdad.

Hoja en blanco que debes llenar tú.

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri. 

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