Tú entraste al área privada
de mi corazón discreto
cuando el olor a tu ida
todavía era un secreto.
Y mi corazón se hizo piezas
porque un próvido rumor
dijo que eran falsas proezas
tus juramentos de amor.
Quería una salida urgente
que derrumbara esas rejas
y borrará el incidente
que provocaría mil quejas.
Buscando darte una alerta
mis besos te iba mandando
y como no abrías la puerta
el pesar los iba regresando.
Yo los alentaba aunque así
me sentía desconsolada
al amar con gran frenesí
pensando que era engañada.
Y así mi corazón impaciente
para detener su sangrado
tiró el agrio ingrediente
que lo estaba lesionando.
Tu lanzaste fuera mi amor
en un triste anochecer
pero mi corazon tiró su dolor
al llegar el nuevo amanecer
Otra vez vislumbró un florecer
como un corazón que amaba
cuando se entregó con placer
a otro amor que lo adoraba.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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