lunes, 26 de agosto de 2024

MADRE TIERRA.

Un niño de ciudad viviendo 

temporalmente en una zona rural. 

Caminar de un pequeño distrito a la comunidad, 

donde iba a ser su casa por el siguiente año, 

hizo que notara todo lo que podía haber 

en la distancia que los separaba 

que eran 12 kilómetros.


Ríos, caminos empedrados, 

caballos, pampas extensas, 

pequeños senderos, poblados, 

montañas imponentes 

y otros regalos 

de los que no era tan consciente. 

Era su primer acercamiento 

a la magnificencia de la madre tierra.


Hay un respeto a la madre tierra 

como si fuera una divinidad 

por los que creen en la cosmología andina, 

como los apus mayores y menores, 

los ríos, el sol, demás astros 

y componentes importantes.


La capacidad e imponencia 

de la madre tierra 

es extremadamente grande. 

Dicen que somos como unas pulgas 

en un elefante y con un sacudón 

la tierra nos podría botar a todos, 

creo que somos así de pequeños. 


Cuando los ríos recuperan 

su cauce en las quebradas, 

el mar recupera 

su espacio en las playas, 

los volcanes erupcionan 

y crean nueva corteza terrestre, 

la subducción lleva una parte de la corteza 

por debajo de la misma hasta fundirla, 

creando montañas y terremotos, 

el viento crea tormentas y hasta huracanes, 

nosotros podemos decir 

que son desastres naturales 

pero creo que la tierra 

solo está siguiendo su rutina diaria, 

que para ella se mide 

en al menos miles de años. 


La tierra tiene miles de millones de años de antigüedad, 

¿se imaginan todo lo que ha pasado y ha sobrevivido? 

Por eso creo que sólo somos huéspedes 

de un gran ser vivo que es 

la madre tierra o Pachamama. 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

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