Rendirse no es siempre señal de cobardía,
es el acto de un alma que con gran valentía,
sabe cuándo ceder, con noble inteligencia,
es coraje y prudencia, es pura resiliencia.
Es el sabio que entiende los límites del ser,
que en su rendición muestra el valor de entender,
que a veces el camino requiere reflexión,
y el verdadero fuerte es el que tiene visión.
Rendirse ¿ cómo y cuando?
todo es muy ambiguo
y a veces una rendición
es un triunfo.
Quien se rinde en el amor
tiene todo perdido,
aunque dicen los que muchos saben
sobre este concreto asunto,
que algunas veces
una rendición a tiempo es un triunfo
pues evita dolor y sufrimiento,
que a fin de cuentas
es lo único
que prevalece sobre lo absurdo,
de las guerras injustas
sea cual fuere el motivo
José Vicente Navarro
A las feroces embestidas de una bestia
toca primero agarrar el arco o un cabio
luego, apelar a la razón o usar el labio
y al final, tan solo, evitarnos la molestia.
.
Es mejor la acogedora fogata de Hestia
que desvivirse al tratar de enfriar el arrabio;
y es que muchas veces es actitud del sabio
arbolar el arma que nos dio la modestia.
.
Es una movida que parece un disloque
que atrae a los rivales con un chocolate
y es diferente y lo mismo, desde otro enfoque.
.
En otros ojos pareciera un disparate
pero es una modesta estrategia, un enroque
y más que todo, es preludio, del jaque mate.
Si todo el mundo se rindiera
antes de una guerra comenzar,
las medallas y valientes
serían algo parecido
a un helado manantial
donde las aguas no corren
y la vida se suele refugiar
para después del deshielo
volver con toda naturalidad a brotar.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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