del majestuoso y verde arbusto;
se envejece el torrente adusto;
el pálido verde al monte enoja.
Se escanace el canto del gallo
el amanecer la hora retrasa;
con lentitud el tiempo solo pasa
la luz se opaca ante el rayo.
El viento senil pierde su fuerza,
la curtida piel ya no lo siente;
calla su rugido el mar silente,
ola imponente no se esfuerza.
Pero, el romance vive pleno
hasta el final de la existencia; Es
se ama y desea con vehemencia
de amor el corazón está lleno.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario