nos recuerda que cada instante es valioso.
Pero juntos, mi amor, somos invencibles,
Ya hemos conseguido lo que era imposible.
Cada día que amanece es una nueva oportunidad,
para demostrarnos mutuamente nuestro amor y lealtad.
Nuestros sueños compartidos se hacen realidad,
nuestro amor es un refugio en la oscuridad.
Tus palabras son como bálsamo para mi alma herida,
tu presencia es la luz que ilumina mi vida.
Contigo he aprendido a sanar mis heridas,
a mirar al pasado con gratitud y sin medida.
En cada beso que nos damos se sella nuestra pasión,
en cada caricia se despierta nuevamente la emoción.
Tus curvas son como un paisaje perfecto,
una obra de arte que me deja sin aliento.
Tus labios, rojos como la pasión más ardiente,
me invitan a perderme en un beso inocente.
La suavidad de tu piel contra la mía,
es un fuego que nunca se extinguiría.
Tus manos, fuertes y delicadas a la vez,
acarician mi cuerpo con un dulce interés.
Cada caricia es un suspiro en mi ser,
que me hace desear nunca dejarte de tener.
Nos rendimos al placer sin medida,
explorando cada rincón de nuestra piel prohibida.
La pasión nos consume, nos devora sin piedad,
y juntos exploramos la profundidad de nuestra intimidad.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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