domingo, 15 de septiembre de 2024

UN MINUTO CON EL SILENCIO.

Agradezco al silencio su lecho apacible,  
donde la tormenta se disuelve en calma,  
y en la vasta soledad encuentro  
un camino recto, sin desvíos ni retrocesos.  
En la ausencia surge la inspiración,  
una chispa en el vacío, encendiendo el alma.

Bajo el manto de neblina, los días nacen,  
y el sol se refleja en tus ojos,  
espejos de mis mañanas sin fin.  
Abro la ventana y respiro el aire añejo  
del viejo continente;  
me siento en la mañana fría,  
y el horizonte se dibuja en cada amanecer.

El murmullo de la brisa, el canto de los pájaros,  
son ecos de calles que cargan melancolía.  
En la distancia del bullicio urbano,  
encuentro la serenidad en la soledad que abrazo,  
y la vida se revela en su pura esencia.

Escribo bajo el manto nocturno,  
y en el despertar, la mente permanece inquieta,  
mientras el sueño de la tarde me envuelve.  
Soy una historia leída y olvidada,  
perdida en el silencio de la memoria.

Tras las nubes, el atardecer se acerca,  
cautivador y cercano,  
como un susurro del pasado.  
Las viejas heridas se desvanecen en metáforas,  
se convierten en relatos etéreos que el viento absorbe.

Respiro, profundo y lento,  
dejando que el aire me lleve,  
en silencio me encuentro,  
y en el silencio, me descubro. 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

No hay comentarios:

Publicar un comentario