Brincan y juegan piando los pájaros
alegres entre las ramas, vuelos raudos
celosa mirada, plumas levantadas
cazando las horas cual flores aladas.
alegres entre las ramas, vuelos raudos
celosa mirada, plumas levantadas
cazando las horas cual flores aladas.
Cómo se divierten, buscan comida
cómo se la pasan cantando a la vida,
la mañana fresca o la tarde fragua
chapotean, beben, en la fuente de agua.
Las aves desbandan mil notas, colores
vitalizan los huertos y los alcores
dulcifican los rincones escondidos
con su pasividad y sus tibios nidos.
Son los primeros, sabios catadores
de insectos, frutales y mil sabores,
aun quienes picotean con presteza
la hogaza diaria de pan de mi mesa.
Las mágicas aves me miran con calma
no temen, su canto es confiada proclama;
vuelan, revuelan por toda la estancia
entran y salen con plena constancia.
Pasan los pájaros su efímero sino
llenando de magia a cualquier camino.
No siembran ni siegan bajo de los cielos
y son más cada vez, sus dulces polluelos.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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