sábado, 5 de octubre de 2024

SIEMPRE APARECE.

Siempre aparece el amor.
Un felino sigiloso.
O un potente torbellino,
que arrolla todo y se crece.
Un susurro entre los ruidos.
O una voz, melosa y suave.

En el interior se oculta.
Por fuera luce y reluce.
Como la emergente fuente.
O un lago interior que sufre.
Aparece entre las dunas,
del surtidor de la mente.

Corazones que se arrugan.
Perdidos sueños que hieren.
Y una flor que se marchita,
entre jugosas simientes.
Ya los sueños no madrugan,
dormidos son para siempre.

Al amanecer renacen.
Entre sombras ya deslumbran.
Como ríos que se pierden,
en los mares que le abruman.
Y sofisticadas voces,
llaman a gritos que vivan.

Como brazos que se extienden,
son los amores que nacen.
Como flores emergentes,
vistiendo de sol la tierra.
En la fructífera siembra.
Las voces de los amantes.

Siempre aparece el amor,
para sorprender sin verle.
Como aparecen los duendes,
de los sueños en la noche.
Ya en hoguera el corazón,
al renacer, se convierte.



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

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