Mis ojos perdidos, brumosos, nublados olfateando la pólvora de un corazón desintegrado.
Vos y yo,
La ilusión y los sueños.
La cama y el desvelo.
La risa llena de caricias a través de la moneda del tiempo.
Yo y tú,
Los paseos bajo el sol hirviendo.
La brisa caliente de gritos enfermos.
El estallido de pasión, piernas cruzadas y sudores intensos.
La señal estática llena de grises que no claman nada.
Con ruido a lluvia y pocas instancias.
Va asesinando con mudez lo que queda del alma.
Silencios,
ensordecedor,
maldita bendición,
luminosa depravación.
Silencios entre los dos.
Mi corazón calla,
El tuyo quien sabe por dónde anda.
¿Y que quedará después de recorrer este bosque lleno de espinas, reclamos y quebradas?
Silencios,
entre dos amores que se prometieron el alma.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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