¡Qué triste corazón!, oh, corazón mío,
y no desnudes mis lágrimas si callo,
en terrible sentimiento sino cayo,
bajo el tormento de lágrimas de impío,
¡Qué triste corazón!, oh, corazón mío,
las lágrimas sin borrar en descendencia,
cuando existe la tristeza sin ausencia,
si desde que se hace como nace el frío,
¡Qué triste corazón!, oh, corazón mío,
sí, regresa a mí y sin verme en decadencia,
cuando el corazón está triste, amor mío,
¡Qué triste corazón!, oh, corazón mío,
sí, vuelve a mí y sin sentir más mi presencia,
cuando estoy con un gran indeleble frío…
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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