Lloro como Magdalena en mi frío camino,
y los ojos llorosos no temen en ser cierto,
cuando en el alma se llora con sólo tormento,
y con los ojos penitentes de buen destino,
si sólo el corazón quiere calmar el deseo,
de unos ojos llorosos que no son caminante,
sino que caminan lejos de un sólo brillante,
destino que no posee lo que siento y creo,
si cuando en el combate de unos ojos son lluvia,
y el torrente de sensación gratas y sin clara,
y son los ojos llorosos que con tanta pluvia,
y van marcando territorio y sino marcara...,
una zona si ven en ojos llorosos lluvia,
porque son ojos llorosos con que yo pensara…
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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