La primera vez que la vi,
mis ojos quedaron temblando,
los pies, no querían seguir.
Era adorable ..., Tan natural !
sentí un deseo incontrolable.
Todo un sueño en la realidad !
Yo,solo pensaba estar con ella
vivir por ella, la sentía a morir.
Es mi amor, mi perdida estrella !
Mujer que encendiste la pasión!
Dejé la rutina de los días tenebrosos,
me libré de las garras de la soledad.
Levanté la mirada al mar de sus ojos
caribeños, en la alborada primaveral.
Juntos navegamos por océanos deseados,
en un velero, construido con versos en la madrugada.
Ahora, ella es mi timón!
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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