voy a contarles un cuento,
suave y sutil como el viento
que recorre entre las rosas.
Para mis niñas curiosas
que adoran la poesía,
con versos de fantasía
voy a contarles la historia
siendo fiel a la memoria
del sueño que tuve un día.
"Erase dos princesitas
en un reino ya olvidado
con un castillo encantado
repleto de margaritas.
Erase dos señoritas
tan tiernas como una flor
pero con un gran valor
y actitud benevolente,
muy queridas por su gente
del pueblo su gran amor.
Cuenta la historia que un día
la menor de las hermanas
decidió que sus mañanas
de color las llenaría.
Y con toda la alegría
de aquel tierno corazón
pidió que su habitación
la llenasen de colores
con las más radiantes flores
que existen en su nación.
Entre gardenias y rosas
girasoles y un jazmín
le crearon un jardín
con las flores más hermosas.
Incluso las mariposas
envidiaban su aposento
y entre la brisa del viento
se elevaba entre las flores
un arcoíris de olores
que embriagaban el momento.
Entre tantas flores bellas
se olvidaron solo de una,
la del color de la luna
con fulgor de mil estrellas.
Esa flor entre doncellas
sencilla y tan elegante,
hermosa y de buen talante
como lo es la Margarita.
Oh mi dulce princesita...
señal de amor o desplante.
Se dice que una alborada
ya casi al rayar el día,
despertó sin alegría
el reino como si nada.
Por emociones nublada
la pequeña princesita
sintió la triste visita
de una pena sin igual
proveniente del portal,
lloraba una margarita.
Oculta entre los claveles,
pálida, casi marchita
lloraba la margarita
su pena entre los vergeles.
Decía que los pinceles
que a ella la habían pintado
no eran total del agrado
de la pequeña princesa,
porque que nunca a su mesa
ella la había invitado.
Al ver la alcoba adornada
de tantos bellos colores
y notar que entre las flores
no estaba como invitada;
se sintió tan rechazada
y tan ajena del mundo
que con un dolor profundo
gritando la pobrecita,
repudió ser margarita...
tan solo por un segundo.
Al oír la confesión
de la triste margarita,
la pequeña princesita
encogió su corazón.
Comprendiendo la razón...
el porqué de su tristeza,
ya que faltaba una pieza
en su mágica obra de arte,
faltaba aquel estandarte?
el blasón de su nobleza.
Entre ternura y razón
la pequeña princesita
pidió que la margarita
viviera en su corazón
Lo hizo con tanta pasión
que sintió su alma sanar,
dentro del pecho brotar
las flores más delicadas
salidas de un cuento de hadas...
de un cuento para soñar."
Fue así que la princesita
cumplió su sueño anhelado
y aquel jardín añorado
hoy en su pecho palpita.
Ahora la margarita
lidera todas las flores
que lucen bellos colores
adornando un corazón
que rebosa de ilusión,
compartiendo sus fulgores.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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