domingo, 29 de diciembre de 2024

COMO HUMANO.

En un vaso ocioso de café,

flotan imágenes vacilantes,

de pensamientos que el tiempo,

 recorriendo su camino atrapó,

incitándome al amor inmortal,

al amor que brilla a mi alrededor.

Ahora que mi conciencia se aclara

quebrantando mi soledad,

sin engaños, fluyo a la honestidad

y en la tormenta que fue mi vida,

me entrego, pero quiero más,

no puedo vivir en entregas,

sí mis manos están atadas,

sí mi cuerpo está magullado.

Sin nada que ganar o sin nada que perder,

un océano me separa,

¿cómo puedo decir por siempre?

donde quiera que esté,

será necesario que mi corazón

lo de por sentado.

Al final, a donde quiera que vaya,

yo estaré esperando lo que sea,

aún, sí mi corazón se rompiera. 






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario