lunes, 16 de diciembre de 2024

CUANDO SIENTO LA BRISA JUGAR...

Sé que he estado apartado

en el silencio del alma,
dejando que el eco de mis pensamientos
resuene, suave, en calma.

Visito a poetas con ojos brillantes,
sus versos me invitan, me atrapan,
los llevo a favoritos, tesoros distantes,
que respiran mi esencia y destapan.

Es cuestión de tiempo, lo sé,
el susurro de mi pluma,
en el fondo de estas manos,
una danza que nunca se abruma.

Si me quedo en el mar de la palabra,
pierdo el sustento, la razón,
mas la pasión que a diario me abraza
me empuja a seguir esta ilusión.

No puedo dejar de publicar,
lo que de mi ser va brotando,
es un río que fluye en el aire,
una melodía que sigue cantando.

Cuando siento la brisa jugar,
acariciando mi rostro inquieto,
las voces del viento comienzan a hablar,
mi corazón descubre su secreto.

Esa punzada que en el pecho resuena,
un canto profundo de amor sincero,
escribiéndole al sentimiento que llena
cada rincón de este ser viajero.

Desde la nada, desde la ausencia,
florece la magia en cada verso,
en este viaje que no hay diferencia,
mi poesía, mi refugio, mi universo.

En esta oda, reconozco y confieso,
que la pluma es mi amiga, mi anhelo profundo,
y aunque a veces me sienta en exceso,
su luz siempre brillara en este mundo.  





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

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