domingo, 29 de diciembre de 2024

HAY DÍAS ...

Hay días que pasan y hay días,

que no deberían pasar. 

Hay días que son semilla 

y otros fruto del deseo,

y otros tantos no se dan 

por más que abones el huerto.

 

Hay días que son condena,

la inocencia se hace reo 

por culpa de la injusticia 

capaz de dictar sentencia 

con la aquiescencia del pueblo.

Y hay días que somos libres

para hacer lo que nos nace

sin morir en el intento.

 

Hay días para perderse 

en la base de tu seno,

descubrirte los secretos 

y sentir la vida plena.

Hay días que son para darse, 

pero hay otros más perversos

en que es mejor alejarse 

del peligro de otro cuerpo,

evitar el desenfreno, 

y no derrapar en sus curvas

sucumbiendo en la cuneta 

de los falsos sentimientos.

 

Hay días inolvidables 

que se quedan para siempre

con sus noches inefables.

¡Dulce recuerdo presente!

Hay días que son consuelo

y hay días para olvidar.

A veces, nunca amanece 

y otros días son eternos.

Hay días que, al despertar, 

se desvanecen los sueños.

 

Hay días para vivirlos,

y en cambio, hay días enfermos 

en que es  más que suficiente,

sobrevivirle a la muerte.

 

Todavía quedan días 

para encontrar el sentido 

a esta vida que vivimos

¡Queda tanto todavía 

por aprender del camino!

 

Y si es poco lo que queda,

quiero que dé para mucho,

que me merezca la pena 

aquello por cuanto lucho.

 

Así, cuando llegue la noche,

 -el ocaso de los tiempos-

podré descansar tranquilo. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

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